Primeros
auxilios en tu perro
Igual que para las personas, los
primeros auxilios para los perros tienen la finalidad de proporcionar un
tratamiento de extrema urgencia en caso de presentarse una enfermedad súbita,
un accidente o algún desorden. Las circunstancias en las que es procedente realizar
maniobras de primeros auxilios son las siguientes:
1.- Cuando el perro experimenta un
gran sufrimiento.
2.- Su condición puede agravarse si
no se interviene.
3.- Puede morir si no se actúa de
inmediato.
En la práctica, no siempre resulta
evidente cuándo se presentan circunstancias como las citadas y puede ser
difícil para una persona sin experiencia el saber qué hacer. Sin embargo es
preferible actuar, por lo menos para dar tiempo a hablar por teléfono con el
veterinario, o bien transportar al perro hasta su consulta. Los tratamientos
de primeros auxilios pueden ser tan variados como el simplemente mantener al
perro cómodo y tranquilo, hasta el darle respiración artificial o masaje
cardiovascular.
Las prácticas que se presentan a
continuación pueden ser ejecutadas por cualquier persona, aún sin experiencia,
y en ningún caso agravarán la condición del perro. Sin embargo, debe tomarse
como una regla general el que la persona que interviene debe considerar en
primer lugar su seguridad personal, pues el perro, propio o ajeno, puede
reaccionar con extrema agresividad ante una manipulación cualquiera cuando se
encuentra en un estado alterado; en muchos casos es preferible inhabilitar al
perro para morder, lo que se puede hacer con rapidez envolviendo su hocico con
cinta de la que se usa para empaquetar.
AHOGO: A muchos perros les gusta el agua o incluso nadar, pero no son capaces
de discernir los peligros a los que se exponen, por lo que no es raro que se
coloquen en situaciones de riesgo, sobre todo en el mar, donde pueden ser
arrastrados por el oleaje. Tampoco es raro que una persona se ahogue al
intentar salvar un perro que se encuentra a merced de las olas, por lo que en
este caso lo primero que tenemos que hacer es evaluar nuestro propio riesgo y
actuar con cuidado, pues el perro puede encontrarse demasiado cansado y
asustado, por lo que es necesario evitar que se apoye en nuestro cuerpo,
acercándole un material flotante al que pueda asirse en primera instancia.
Si el perro ha tragado demasiada
agua, sus pulmones ya tienen un contenido, por lo que la primera medida es
tratar de que expulse esa agua. Si se trata de un perro pequeño, se le podrá
cargar cabeza abajo, sacudiéndolo para que el agua salga por gravedad. Un perro
grande tendrá que mantenerse acostado, pero la operación es la misma,
levantándolo de los cuartos traseros para que su cabeza quede por lo bajo y
expulse el agua; si como resultado de esta operación el perro no comienza a
toser, es probable que la respiración se haya interrumpido, así que tenemos que
constatar su respiración y ritmo cardíaco, colocando al perro de costado y
procurando que su cabeza quede más debajo de su cuerpo. Si el corazón sigue
funcionando pero no existe respiración, el único método viable es la “respiración
artificial”, que se verá más adelante. Si es el corazón lo que ha fallado,
habrá que proporcionarle “resucitación cardiopulmonar”.
BLOQUEOS
RESPIRATORIOS: Cuando de pronto el perro se
pone a toser violentamente y parece que se dificulta la respiración, es posible
que el perro haya tragado un objeto que obstruye su garganta, lo que es
sumamente angustioso, tanto para el perro como para quienes lo observan. El
objeto puede ser un bocado de comida, un juguete o cualquier otra cosa. Este
bloqueo es sumamente peligroso pues se interrumpe la respiración, por lo que
hay que actuar de inmediato para salvar la vida del perro, desde luego tomando
las debidas precauciones para evitar ser mordidos por el perro.
La situación ideal es que intervengan
dos personas, una sosteniendo con firmeza al perro e inmovilizándolo entre sus
piernas mientras con las manos abre lo más posible su boca, mientras la segunda
persona trata de localizar el objeto atorado y removerlo, ya sea con sus dedos
o usando unas pinzas. Desde luego esta operación se facilita si el perro ha
perdido la conciencia, pero en todo caso hay que actuar con rapidez.
En el común de los casos, el objeto
puede ser visto, pues se trata de algo tan grande que sobresale en la boca;
pero también es frecuente que el objeto se encuentre insertado en la traquea y
no se le pueda ver, por lo que habrá que intentar otros métodos; si se trata de
un pero grande, se puede utilizar la llamada “maniobra de Heimlich”, que
consiste en colocar al perro parado sobre sus patas traseras, mientras la
persona se coloca detrás, abrazando fuertemente el pecho del perro, liberando
un brazo, se presionará fuertemente justo debajo de las costillas y se
repetirá esta operación varias veces, hasta que el objeto sea arrojado. Esta
operación también se realiza con las personas. Si el perro está inconsciente y
es difícil realizar esta maniobra de pie, se puede intentar con el perro
acostado de lado, presionando fuertemente con una mano sobre las costillas y la
otra debajo, tratando de producir un efecto de “fuelle”, o sea que la presión
del aire de los pulmones tenderá a desalojar el objeto. Tratándose de un perro
pequeño, esta operación se puede intentar sosteniendo al perro de sus patas
traseras y poniéndolo boca abajo, lo que tiene la ventaja de que se aprovecha
la gravedad.
Cuando se ha suspendido por mucho
tiempo la respiración del animal, éste puede seguir sin respirar incluso si ya
se ha liberado del objeto extraño, por lo que será necesario darle respiración
artificial o resucitación cardiopulmonar, dependiendo de las circunstancias.
Si el perro es salvado, de todas maneras es necesario llevarlo al veterinario
para que sea revisado.
DISLOCACIONES
O HUESOS ROTOS: El resultado de una caída,
accidente o movimiento brusco puede ser una dislocación o ruptura de huesos,
siendo la causa más común el atropellamiento, que es precisamente una situación
de extrema urgencia y normalmente requiere primeros auxilios; pero en este
caso es necesario evaluar las características de los daños para no agravar la
situación del perro. A continuación veremos algunas de las fracturas más
comunes y los riesgos que representan:
* LOMO: Si se rompe la columna
vertebral, el daño es muy severo y puede producirse la parálisis de la parte
posterior del cuerpo a partir de la fractura, por lo que es necesario mantener
inmóvil al perro. Si es necesario moverlo, es preferible arrastrarlo con
cuidado hasta una tabla que haga las veces de camilla, para poderlo transportar
sin lastimar más la columna.

* COSTILLAS: Si se sospecha que se
han fracturado algunas costillas, lo que debemos hacer es envolver la caja
torácica del perro con vendas elásticas u otro material a la mano, procurando
que el vendaje quede firme pero no demasiado apretado. Si el perro tiene
dificultades para respirar, es de suponerse que una costilla rota ha perforado
un pulmón; en este caso hay que moverlo lo menos posible hasta que llegue la
ayuda veterinaria.
* COLA: La fractura más común de los
perros es en la cola, pues fácilmente se les atora al jugar o saltar, y también
es muy frecuente que se les atrape la cola con la puerta del coche. Si se
percibe una fractura, lo único que se puede hacer es entablillarla para evitar
el movimiento y llevar al perro al veterinario.
En todos los casos en que se sospecha
fractura o dislocación, el perro debe ser auscultado por el veterinario y no es
conveniente darle nada de comer o beber con anticipación, pues es probable que
se le tenga que anestesiar, ya sea para operar, o simplemente para revisarlo,
pues en estado consciente el perro no lo permitiría.
ESTADO
DE SHOCK: El shock fisiológico es una
condición grave en la que baja demasiado la presión arterial, de manera que el
organismo sufre de una falta de oxigenación. En los perros, este estado se
puede producir a consecuencia de una enfermedad, herida o trauma. Puede
ocurrir inmediatamente después de un accidente o en una crisis por enfermedad,
pero en ocasiones sucede en una fase de aparente recuperación. Como se trata de
una situación crítica, es necesario actuar de inmediato.
Los indicadores de que un perro está
a punto de caer en shock son una extrema palidez en las encías, cuando se tocan
y presionan un poco con los dedos esa porción se torna roja, lo que indica que
la sangre se acumula ahí. También se presenta respiración agitada, un ritmo
cardíaco rápido y ansiedad. Más tarde la respiración se vuelve lenta y el ritmo
del corazón se percibe irregular, en estos momentos el perro puede perder la
conciencia, sus encías se ponen azulosas y su temperatura baja hasta 36.7°C o
más.
El tratamiento de primeros auxilios
consiste en colocar al perro yaciendo de costado y estirar un poco su cabeza
lejos del cuerpo para favorecer la respiración; después se deberá meter alguna
colchoneta, almohada o lo que se tenga a la mano para levantar sus cuartos
traseros, de modo que la sangre corra hacia la cabeza. Es posible que se
necesite darle respiración artificial, masaje cardíaco o resucitación; también
es conveniente tapar al perro con una cobija para aumentar su temperatura.
Finalmente habrá que solicitar una intervención veterinaria de urgencia.
HEMORRAGIA: El flujo de sangre puede ser interno o externo. El primer caso se
produce por daños a los tejidos u órganos internos, y el segundo por heridas
que van de la piel hacia adentro.
Las hemorragias externas son tan
peligrosas como sea la pérdida de sangre y el tipo de la misma, pero cuando es
evidente un flujo rápido que no se contiene por sí mismo, es urgente actuar,
aplicando un vendaje para detener el flujo lo más posible; lo ideal es una
venda elástica de las que venden en la farmacia, pero en estos casos de
urgencia habrá que echar mano de cualquier material que sirva. Antes de
intentar el vendaje hay que procurar reducir el flujo de sangre, cerrando la
herida con los dedos y presionándola durante unos dos minutos, para propiciar
que se produzca una precicatrización, en cuanto vemos que la herida se queda
pegada unos instantes, procederemos a vendar la zona de una manera firme pero
sin apretar tanto que se detenga la circulación. Si el vendaje parece no estar
funcionando habrá que localizar la arteria de donde fluye la sangre hacia la
herida y presionarla para que deje de irrigar la zona. Una vez localizado el
punto en el que la presión produce que la sangre ya no corra hacia la herida,
habrá que colocar un “torniquete” en ese lugar, esto consiste en un material
duro, como un pedazo de madera, un lápiz o lo que se adapte a la zona, y
colocarlo en el lugar donde se debe ejercer la presión, de manera que este
material sustituye a nuestros dedos; después habrá que vendar la zona junto con
el material para producir una presión permanente que detenga la sangre. De esta
manera la situación crítica pudiera estar controlada y podemos llevar al perro
al veterinario, pero debemos poner atención en aflojar el torniquete cada diez
minutos y permitir el flujo de sangre unos momentos, pues de otra manera podría
producirse la gangrena.
Las orejas del perro son muy
sensibles y fácilmente se producen sangrados a causa de pequeñas heridas. En
el caso de que el perro se encuentre sangrando de una oreja, habrá que colocar
una gasa o algodón sobre la zona afectada y presionar por unos dos minutos,
para producir la unión del cartílago e iniciar el proceso de cicatrización,
procurando que la cabeza del perro se encuentre hacia arriba para que exista
menos irrigación en la oreja afectada.
Si el sangrado procede de una herida
en la lengua o cualquier parte de la boca es difícil aplicar una presión
directa en un perro consciente, pues él no lo permitirá e incluso puede
mordernos. En este caso es preferible mantener baja la cabeza del perro para
evitar que trague sangre y llevarlo de inmediato al veterinario, donde
seguramente tendrá que ser anestesiado para proceder a su curación.
* Coloca al perro en una posición
adecuada y aplica una gruesa
parte de material absorbente a la herida.
parte de material absorbente a la herida.
* Cubre firmemente la herida con una
venda o el material disponible. Si se moja la gasa, cámbiala por una nueva.
* Para controlar temporalmente el
severo sangrado de la cola, patas delanteras, traseras o cabeza, presiona con
los dedos el punto correspondiente.
Si la sangre proviene de la nariz, no
se debe apretar las cavidades nasales o taponarlas, sino humedecer un lienzo
con agua muy fría y colocarlo sobre el puente de la nariz lo que pudiera
detener la hemorragia porque el frío produce una vasoconstricción; pero puede
pasar que la hemorragia proceda de una herida interna, en estas condiciones
los fomentos de agua fría no servirán y el perro deberá ser atendido
profesionalmente.
Si el sangrado es por los ojos, el
procedimiento de los lienzos fríos puede ser muy efectivo, pues es muy probable
que se trate solamente de ruptura de vasos capilares.
Es muy común que el perro se rompa
una uña de raíz, lo que produce un profuso sangrado; sin embargo no se trata de
una verdadera urgencia, por lo que sólo se debe limpiar la herida y vendarla
para llevar al perro al veterinario.
INFLAMACIÓN
DEL VIENTRE: Se trata de un crecimiento súbito y
desmesurado del vientre que se produce por acumulación de gases, siendo tan
pronunciado que incluso interfiere con la respiración. Es más común que ocurra
en razas grandes, aunque no se descarta que suceda en perros pequeños. De
pronto, aún en medio de un ejercicio el perro se desploma, parece tener dolor,
se dificulta su respiración y se produce una gran salivación. Generalmente se
presenta después de haber comido y bebido en exceso. En realidad se trata de un
caso grave y debe ser atendido de inmediato, pues el perro se encuentra en
peligro de caer en estado de shock y morir.
QUEMADURAS
Y ESCALDADURAS: Una quemadura y un raspón producen
síntomas muy parecidos aunque sus causas sean muy diferentes. Las quemaduras
pueden ser producidas también por corriente eléctrica o materiales químicos
cáusticos.
Igual que los niños pequeños, los
perros también se encuentran expuestos a quemaduras y escaldaduras en la casa,
por lo que en ambos casos debemos tomar toda clase de precauciones; es muy
común que un perro se produzca severas escaldaduras en la lengua y la boca al
tratar de robar un trozo de carne que se está preparando en un asador, o que sobre
su lomo de derrame un café muy caliente. Otro riesgo es que el perro se
encuentre muy cerca de la chimenea o un fuego cualquiera. Muchos cachorros
reciben descargas eléctricas porque muerden los cables.
Las quemaduras se clasifican en
“grados”, que van de lo superficial, en las que queda suficiente tejido para
restaurarse solo, hasta quemaduras profundas, en las que también se afectan
tejidos u órganos internos, por lo que el cicatrizado es difícil y se producen
dolores intensos y desfiguración.
Con todas las quemaduras, pero
particularmente con las profundas, el mayor riesgo es el shock, y
secundariamente la infección. Ocasionalmente, y en especial con perros de
largo pelaje, las consecuencias no son evidentes y la infección se manifiesta
tiempo después.
El procedimiento de primeros auxilios
consiste, primariamente, en verter lentamente agua fría sobre la parte afectada
durante unos diez o quince minutos, lo que aliviará el dolor y limpiará la excoriación.
Si la piel no presenta grave daño, simplemente se la deberá cubrir con una
gasa o algodón y cinta adhesiva, comunicándose con el veterinario para
solicitar su consejo. Si las quemaduras han afectado la piel con cierta
profundidad se deberá llevar al perro al veterinario, y en caso de que las quemaduras
sean profundas, lo más humanitario es practicar la eutanasia.
RESPIRACIÓN
ARTIFICIAL: Es una técnica de última urgencia
que se aplica cuando el perro ha dejado de respirar o incluso si se ha
producido un paro cardíaco, que es una situación realmente grave, pues si el
cerebro deja de recibir oxígeno el daño permanente es cosa de unos cuantos
minutos, por lo que la respiración artificial debe combinarse con la técnica
conocida como resucitación cardiovascular.
Existen varias causas por las que cesa
la respiración, como el shock anafiláctico, ahogo, asfixia, shock eléctrico y
severos golpes o heridas. Muchas veces la respiración es tan leve que no se
puede detectar, sin embargo existe, lo que sólo se puede percibir colgando un
trozo de tela delante de la boca del perro para observar si se mueve; si es
así, en realidad no estamos en presencia de un paro respiratorio. Pero si la
respiración no es detectada, se debe actuar de inmediato para salvar la vida
del perro. Se le debe colocar yaciendo de lado y levantar su cabeza para abrir
su boca y tirar un poco de su lengua, de modo que podamos inspeccionar su boca
y garganta en busca de algún objeto extraño que pudiera estar obstruyendo la
respiración; si es así será necesario intentar sacarlo con los dedos o algún
instrumento; si no es el caso, de cualquier manera tenemos que proceder a la
respiración artificial, dejando acostado al perro y procurando que su cabeza se
encuentre por debajo de su cuerpo. Se colocarán ambas manos en la región de las
costillas, y se comenzará a presionar y liberar rítmicamente, imitando el
movimiento del pecho en la respiración normal, de manera que los pulmones
recuperen su movimiento; se deberá hacer esto durante medio minuto y observar
si se ha restablecido la respiración, si no es así seguiremos con otra sesión.
Si el corazón continúa funcionando, la respiración artificial puede ser
suficiente para llevar oxígeno al cerebro; está técnica sólo es ineficaz si los
pulmones se encuentran perforados o existe una herida en el pecho que pudiera
agravarse con la manipulación; si éste es el caso será preferible administrar
el otro tipo de respiración artificial, que es el de “boca-nariz”.
Dada la anatomía de los perros es
poco probable que se pueda dar respiración “boca a boca”, por lo que se hace de
boca a nariz. Soplando fuertemente en la nariz del perro se podrán inflar sus
pulmones, procediendo también rítmicamente, soplando y retirando la boca para
permitir la expulsión del aire; el proceso se repite y continúa hasta que la respiración
normal del perro se restablezca, revisando periódicamente si tal cosa ha
ocurrido. Este es el método más seguro de respiración artificial, sobre todo
cuando observamos sangre en la boca o nariz del perro, lo que indica la
posibilidad de una lesión en los pulmones.
RESUCITACIÓN
CARDIOPULMONAR: Es un procedimiento de urgencia en
el que se combina la respiración boca-nariz con el masaje al corazón; es el
procedimiento último que se emplea en un perro que ha dejado de respirar y que
tampoco tiene actividad cardíaca.
La primera operación es revisar la
boca y garganta del perro de la manera antes descrita; después habrá que
proceder a la respiración boca-nariz por unos diez segundos, seguida por un
masaje; si el perro es pequeño, habrá que colocar una mano en su lomo y la otra
sobre sus costillas, presionando y liberando a razón de 120 veces por minuto,
imitando con ello el latido del corazón; en el caso de un perro grande, debemos
presionar con ambas manos una sobre otra, igualmente sobre las costillas para
estimular el corazón. En las razas muy grandes será preferible ponerlo de
espaldas y actuar directamente sobre el pecho, contando dos tiempos al presionar
fuertemente sobre el pecho y un tiempo al liberar la presión, lo que deberá
hacerse ochenta veces por minuto.
Cualquiera que sea el método
empleado, habrá que suspender de tiempo en tiempo (aproximadamente cada quince
segundos), para verificar si el perro presenta pulso, lo mismo que podemos tomar
en una de sus patas delanteras. Si el perro sigue sin respirar es necesaria
otra sesión de respiración artificial. Lo ideal es que en esta operación
participen dos personas, una dándole respiración y la otra masaje cardíaco.
SHOCK
ELÉCTRICO: Muchos perros sufren una descarga
eléctrica cuando muerden los cables, siendo los cachorros los más expuestos
debido a su conducta exploratoria y de juego. En muchos casos el shock
eléctrico es fatal o produce serias quemaduras. Cuando sucede una descarga, la
primera medida es retirar al perro de la fuente de energía, de preferencia
desconectando el cable en cuestión para no recibir nosotros mismos una
descarga, inmediatamente tenemos que revisar la actividad respiratoria y
cardíaca del perro y en caso de que se haya suspendido una de ellas, o ambas,
proceder como ya se ha descrito, con respiración artificial y masaje
cardiovascular. Si se ha tenido éxito y se ha salvado la vida del perro, de
cualquier manera habrá que llevarlo al veterinario para su tratamiento
posterior.
RECOMENDACIONES
* Ten a mano el número de teléfono
del veterinario más cercano a tu domicilio.
* En casa nunca debe faltar un botiquín
* Bajo cualquier circunstancia no pierdas el control
* De ti depende la vida del perro
* Nunca pierdas de vista a tu lesionado
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